Hola a todos y a todas,
Este pasado fin de semana, he ido con la family a, la "Fira del Bolet" (Feria de la seta).
Es una especie de mercado de productos artesanos y de setas de todo tipo, que se celebra en Llagostera, y que se realiza cada año, por estas fechas. En él encontrareis muchos productos de la zona y todos de fabricación artesanal. Desde quesos artesanos, hasta setas deshidratadas o joyería artesanal. Un lugar increíble, para encontrar inspiración y dejarte embriagar por los colores y los olores. Una gozada!
Tras visitarlo, me ha llegado la inspiración, y he preparado un plato que pretende ser un homenaje al otoño, usando algunos de los ingredientes que caracterizan esta estación que tanto me gusta. La caída de las hojas, el olor a tierra húmeda, los colores amarillos y marrones de la "manta" de hojas caídas ,que tapiza el suelo de cualquier parque, así como la mezcla de colores tostados que baña los arboles de los bosques. Quizás yo sea muy "tontorrón", pero creo que esta estación es la más romántica del año, solo hay que saber mirarla como se merece.
Vamos al lio!, que ya me estoy desviando!
En el mercado, compré varias cosas, pero una de ellas, fueron unos botes de polvo de distintas setas. No son mas que las setas deshidratadas, pasadas por el "molinillo" y convertidas en polvo. Creo que van a ser un gran complemento para dar un punto de personalidad sutil a muchos platos.
Otro de los ingredientes que me inspiró, fue el moniato, un tubérculo muy típico de estas fechas, y que se puede cocinar de muchas maneras. Es un alimento, con una gran cantidad de azucares naturales, propiedad que le da un marcado sabor dulce al ser cocinado.
Además, dentro de unas semanas, empiezan en Girona, las ferias, y son típicos, las "puestos" ambulantes donde se venden castañas asadas y moniatos asados. Tanto las castañas asadas, como los moniatos asados, desprenden un olor muy característico, que me hace relacionarlos con las ferias de mi ciudad, así que para mí tienen un sentido más amplio que para muchos de vosotros, ya que ese olor, me trae a la memoria muchos buenos momentos que he vivido en las fiestas de mi ciudad. Son de esas fechas que esperas con ilusión y que cuando terminan, siempre tienes esa sensación de que deberían durar un poco más.
Este año probablemente sea distinto para mi, ya que el hecho de estar distanciado de M. no sé en qué medida me va a afectar, ya que serán las primeras ferias que viviré sin ella. Ya veremos...
Vamos a preparar esta Crema de Foie y Moniato, con huevo poché sobre cama de setas y su crujiente.
Para este plato, necesitamos los siguientes ingredientes:
0,5l. de nata para cocinar.
200gr de foie de pato.
1 moniato.
1 huevo.
200gr de setas variadas (o no, al gusto).
flores de romero para decorar
polvo de setas para decorar.
Empezaremos poniendo una nuez de mantequilla a fundir en un cazo. Cuando esté fundido, pondremos el foie a fundir con la mantequilla. En el momento que lo tengamos fundido, añadiremos la nata y bajaremos el fuego al mínimo.
Mientras se sigue haciendo la crema, cogeremos la mitad del moniato y lo pondremos en un bol, con unas gotas de agua. Lo taparemos bien con film transparente, y lo pondremos al microondas a máxima potencia durante 4 minutos. (recordad que cada microondas es un mundo)
Pasados los 4 minutos, sacaremos el moniato del bol, y lo trituraremos con un tenedor, hasta que quede un puré. En este punto, añadiremos el puré de moniato, a la crema de foie y lo dejaremos hervir a fuego lento un par de minutos, después lo pasamos por el turmix para que emulsione un poco, y reservamos en caliente.
Por otro lado, cortamos las setas en brunoise (cuadraditos), y las pondremos a rehogar en una sartén, con aceite, un poco de sal y un poco de pimienta negra. Cuando estén pochadas, las retiramos y las ponemos sobre un papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite. Y lo reservamos.
Para los huevos poché, ponemos un cazo con agua a hervir, y mientras se calienta, preparamos el "montaje": Cogeremos una taza tipo desayuno, cortaremos un cuadrado de papel film, y lo pondremos sobre la taza. Ayudándonos de una cuchara, pondremos la parte central dentro de la taza (como si hubiéramos plastificado el interior de la taza). Pondremos un poco de aceite y una pizca de sal, y como no, el huevo (sin cascara, he?).
Ahora viene lo difícil.
Tenemos que cerrar el "paquetito" con el huevo, el aceite y la sal. Yo os recomiendo usar pinzas de la ropa, para cerrar los "paquetitos". Cunado tengamos el agua hirviendo, pondremos los "paquetitos" dentro del agua, y esperaremos unos minutos. Hay que estar pendiente de ellos, ya que no nos interesa que queden crudos, pero tampoco que se nos pasen y se solidifique la yema, así que no os despistéis.
Ahora viene lo difícil.
Tenemos que cerrar el "paquetito" con el huevo, el aceite y la sal. Yo os recomiendo usar pinzas de la ropa, para cerrar los "paquetitos". Cunado tengamos el agua hirviendo, pondremos los "paquetitos" dentro del agua, y esperaremos unos minutos. Hay que estar pendiente de ellos, ya que no nos interesa que queden crudos, pero tampoco que se nos pasen y se solidifique la yema, así que no os despistéis.
Una vez todo hecho, pasamos a emplatar:
Ponemos un molde redondo en el plato, y ponemos un par de cucharadas de setas dentro. Con la misma cuchara que habréis usado, haremos un poco de "hueco" en el centro, para poder apoyar el huevo. Sacamos el huevo poche del "paquetito" con la ayuda de una cuchara y lo colocamos sobre las setas. Después ponemos un poco de polvo de setas sobre cada huevo, y rematamos con unas flores de romero coronando el plato.
Yo también he hecho unos chips de moniato, pero es opcional, ya que es meramente decorativo y no es más que un "recordatorio", de lo que lleva la crema.
El plato, lo serviremos en mesa tal como lo tenemos, y en el momento final, echaremos la crema de foie y moniato.
Es un plato redondo, de sabores contundentes, pero con la suavidad del foie y la delicadeza del huevo poché.
El otoño, es tiempo de sabores a tierra, como los de las setas, y que junto a sabores como el del huevo y el punto dulce del moniato, lo convierten en un plato redondo, que representa a la perfección esta estación del año, nostálgica, pero con un punto de romanticismo y de dulzura.
Probar de hacerlo y pensad en ello al comerlo, veréis como "tiene sabor a otoño" y si lo tomáis junto a un vino blanco con carácter, tipo Riesling, mejora aun más.
Espero que os guste.
Piltrafilla.
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